A Mi Chuquina

Sí, así la llamo a ella, llena de luz y de bromas, así tan loquita, tan entregada y a la vez tan alejada, cómo poder sanarte, tal vez, contarte y recordarte la fuerza enorme de tu corazón, solo pudiendo referenciar esas veces que jugábamos en la calle y eras tú quien me enseñaba, me cuidaba y hacía todas las penitencias por mi, aunque a veces nos llegamos a ir un par de veces a las manos, sentadas en una especie de estrado con nuestras mamás diciéndonos de todo, indagando y ayudando a subsanar las bobadas tan trascendentales para nosotras en ese momento. Hoy, no puedo entrar en tu mente o corazón para saber que sucede, y evitar la sensación de soledad causada cuando entregamos nuestro poder a otros y este se va de las manos, la vulnerabilidad de estar expuesto y el sentimiento profundo de una tristeza extraña que se apodera de los días, de los momentos, de las risas, de los viajes en bus y de las noches de insomnio, pero si puedo acompañarte a encontrar la salida o un atajo para reírnos un poco, burlarnos de nosotras o rajar de algunos Voldemorts, de nuestras existencia, así rompiendo cada horrocrux de a poco en poco, saliendo de ese espacio de oscuridad y recordando las veces en las que usábamos la linterna de mi mamá para jugar a la discoteca o asustar a los vecinos jugando a la casa del horror en la cocina, así, a oscuritas, riéndonos como si no importara, para luego recibir el regaño y hablar horas y ahora años después de ello. No fuimos muy unidas, no sé si era la edad, pero el ser tan opuestas nos daba de jaque, siempre te caían mal mis parejas y a mi me agradaban las tuyas, cosa loca, no sabemos muy bien que decirnos a veces, así que tenemos estos silencios eternos en donde por ratos nos mostramos memes en la sala y nos es suficiente; Pero todo esto no es para traer a colación recuerdos al azar, sino para decirte no estas sola, ya pasé por lo que tú y sé como se siente y no quiero lo vivas en el silencio de la tristeza, sino en mi compañía.

No te dejes vencer, no te dejes ir, conmigo puedes contar, para hablar, estar en silencio o lo que sea, la familia es para eso, a pesar de las diferencias, de las complejidades, de los fantasmas (que en nuestro caso familiar son como cosa común) ahí estoy, de lejos o cerquita. Eres fuerte, valiosa y solamente hasta que te redescubras y comiences a hacer de tu vida un camino donde te des tanto, podrás ver reflejado hacia afuera muchas posibilidades a las que sin darte cuenta te niegas por temor, por conformismo o por yo que sé, la única forma de remediar lo evidente es sentarse en la soledad de nuestros demonios y abrazarlos, ofrecerles una taza de café con galletas y confrontarlos, ¿qué vienes tu a enseñarme, a darme a las patadas por aprender? solamente así sabremos aceptando sus comentarios, las cosas por mejorar, por reparar en nosotros, nuestras potencialidades, los alcances de la mente y corazón, todo parece desvanecerse pero no es así, solo evoluciona y hay que mutar con ello y tú puedes hacerlo, nada merece nuestra derrota, nuestra caída, nuestro desbalance, porque hasta esas personas que nos han marcado de forma hermosa tampoco lo valen, pues nada para mejorar debe ser hacia otros, sino hacia nosotros, a los otros le damos las flores de nuestro jardín interior, no las compradas en la galería de la esquina, pues tarde o temprano se descubrirá la aridez de la tierra. Escribe, eres gran poeta, una dura con la tecnología y mi chuquina.

"Lo imposible no existe para una mujer, sólo le toma tiempo en conseguirlo" Carolina Herrera.

Con amor Chely.

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