Mi Muñeca
Ahí esta ella, con su cabello
enmarañado, un poco loco como ella, no es lacio, tampoco crespo, se queda entre
la melena despampanante y la finura de una larga cabellera, ahora un poco gris,
un poco negro, rubio para ocultar.
Tiene un cuerpo diríamos normal,
promedio como mucho de ella, compuesta de retacitos de tela auto adheridos,
recuerditos, notas y post-it regaditos, donde encontrarás cosas curiosas para
el buen observador.
Entre la piel blanca, marcas,
manchitas, lunares, cicatrices, vellos de colores, morados de cualquier roce
pequeño con algo, sensible como el papel, pero de aguante como el oro para
recuperarse fácil.
Caminar es una proeza, correr ni
se diga, sus huesos golpean el suelo al andar, rico si sonara, pero
afortunadamente son mudos, sino algo andaría mal.
Manos preciosas, sin cremas o
aceites, tampoco colores que adornen sus uñas, pero son su quehacer, su manera
de ganar la batalla de supervivencia.
Algo chueca la muñeca, enredada,
maltrecha suena. Dos piletas de agua cristalina, fresca, transparente, es como
si pudieses mirar en su amplio universo a través de sus ojos, no son azules,
verdes, miel o negros, sino unos sencillos de tono café, pero verás su arcoíris
interior al reflejarte en ellos.
Su sonrisa, déjame que te cuente
de su sonrisa; es tan amplia que a sus ojos le da pena de la hermosura, todo
brilla al verle sonreír, te hace soñar esa sonrisa entre inocencia, picardía y
vergüenza, llena de energía y fuego ardiente de fuerza.
Ahora bien mi muñeca es tan dulce
que entre flores ama envolverse, aunque no se dé cuenta de cómo su luz alumbra
el espacio y lo hace más bello.
Podría contarles como le he visto
llorar por amor y levantarse, paralizarse en una relación triste y vacía, pero
tomar cartas en el asunto, así como esforzarse por hacer lo que ama, volando
entre nubes de anhelos y sueños a trabajar todos los días.
Ante tanto mimo, mi muñeca adora
cambiarse de piel, pues en dragón se convierte cada vez que se molesta o la
paciencia le ha colmado, luego mágicamente se sienta en modo zen y entre
respiro y respiro es una pluma que se desvanece en el aire, da miedo ver la
transformación en segundos, pero me la aguanto solo por verle flotar.
Mi muñeca del alma, como quisiera
recordaras siempre mis palabras y jamás te sientas menos o diferente, ojalá
siempre pudieras verte como te veo, para muchos un regalo de empaque extraño,
para mí, una caja llena de sorpresas, siempre encuentro una nueva fascinación,
y entre imperfección e imperfección, se abre ante mí la magia de tu ser, la
esencia de un despertar algo tardío pero en proceso, te has tomado tu tiempo y
lo respeto, ahora se viene el trabajo duro y la perseverancia para hallar en tu
ser las bendiciones diarias que te acompañan.
Con amor Chely.
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